Gracias a un oportuno llamado de alerta por parte de una empresa de transporte, la Policía Nacional logró la incautación de 200 aletas de tiburón que iban a ser exportadas de manera ilegal. El material, embalado en 3 bultos, era movilizado bajo la modalidad de encomienda y tenía como origen el departamento de La Guajira, con destino final el puerto de Tumaco.
Tras una inspección detallada con detectores electrónicos, funcionarios de la Secretaría de Ambiente y la Policía Ambiental y Ecológica verificaron que los bultos contenían aletas de tiburón. La encomienda no contaba con los salvoconductos ni la documentación requerida para su transporte, evidenciando una clara violación a la normatividad ambiental vigente.
Se estima que para la extracción de estas aletas fueron sacrificados alrededor de 50 tiburones de diferentes especies, con tamaños que oscilan entre 1 y 5 metros de longitud. Este tipo de prácticas generan un impacto ambiental irreparable en los ecosistemas marinos del país, afectando el equilibrio de la biodiversidad y contribuyendo a la disminución de estas especies.