El expresidente Álvaro Uribe Vélez quedó en libertad luego de que el Tribunal Superior de Bogotá resolviera amparar su derecho fundamental a la libertad individual, hasta que se defina en segunda instancia si se mantiene o no la condena de 12 años de prisión domiciliaria impuesta en su contra por la juez 44 Penal del Circuito de Bogotá, dentro del proceso por manipulación de testigos.

La medida responde a una acción de tutela interpuesta por la defensa, que solicitó permitirle permanecer en libertad mientras se estudia la apelación. El tribunal determinó que, hasta tanto se profiera el fallo definitivo —previsto a más tardar para el 15 de octubre—, no debe hacerse efectiva la orden de reclusión domiciliaria.
La Sala de Decisión Penal resaltó “el buen comportamiento” de Uribe durante el juicio y su “asistencia voluntaria a las citaciones”, factores que, según los magistrados, contradicen la necesidad de una detención inmediata. El tribunal también cuestionó a la jueza Sandra Heredia por no valorar estos aspectos al imponer la medida de casa por cárcel, señalando que su decisión estuvo sustentada en “argumentos genéricos, ambiguos, subjetivos y no probados”, lo que vulneró el derecho a la libertad del exmandatario.
Uribe, quien estuvo 19 días en prisión domiciliaria en su finca en Rionegro, Antioquia, continuó en ese periodo con reuniones políticas y pronunciamientos a través de sus redes sociales. Tras conocerse el fallo, escribió en su cuenta de X: “Cada minuto de mi libertad lo dedicaré a la libertad de Colombia”.
El Centro Democrático afirmó que en la decisión inicial se vulneraron sus derechos fundamentales, mientras que el senador Iván Cepeda, acreditado como víctima en el proceso, manifestó que respeta pero no comparte el fallo, y advirtió que evalúan nuevas acciones legales.
Ahora, una sala de tres magistrados del Tribunal Superior de Bogotá deberá decidir, antes del 15 de octubre, si confirma la condena contra Uribe o archiva el proceso.